Sí, Karmencita, el internet (y “San Google”, como tú bien dices) es lo más parecido que tenemos en este siglo a la magia (real o imaginaria) y a los milagros (reales o imaginarios) de tiempos perdidos. Yo te encontré sin ni siquiera buscarte (no por ello menos serendipitous). Y en un alarde de consanguinidad, te diré que me reconozco en tu pasión, tu fé y tu ímpetu. No tengo por menos que regocijarme de que los ejerzas en un contexto que te permite canalizarlos. Se nota que sabes la suerte que tienes, aunque ésta sea resultado directo (más allá de tu talento) de tu concentración, entrega y disciplina. A mi parecer, no hay gozo comparable al de estar inmerso en el proceso creativo. El producto de esa inmersión amorosa puede ser lo que sea, pero respira por su cuenta. Como creadores, creo que queremos a ese “hijo” más por el proceso, del que tomamos conciencia a nivel celular, que por sus atributos. De ahí que cada creación genere la potencialidad de una nueva, con nuevas preguntas y nuevas posibilidades. Te felicito (como sé que te felicitas a ti misma) por making your dream come true y vivir el proceso. ¡Son inseparables!
Me encanta como escribes, además de tu arte. Gracias por el placer.
Tu tía de América
WOW!!! Halagada, sorprendida y sobre todo feliz. Un nuevo regalo inesperado, un “reencuentro” con alguien a quien apenas recuerdo pero cuyo “personaje” siempre me ha fascinado.
El mundo es tan vasto que simplemente no puedo creer que ocurran estos milagros. Magia llama a magia. No hay otra.
Gracias de corazón por tus palabras tan hermosas en su contenido y en su continente. Uf, estoy muy emocionada…
Tienes mi puertita abierta. A mí, me encantaría que la atravesaras. Un abrazo enorme.
Karmencita, visito de nuevo tu blog. Agradecida y feliz por tus palabras y tu corazón generoso. Aunque naturalmente me halaga la idea de ser un personaje fascinante, sé que no puedo reclamar ninguna responsabilidad por ello, ya que a todos nos fascina algo que solo conocemos por medio de la leyenda y la anécdota, alimentado por el tiempo y la distancia, si bien es cierto que ese algo no real parece ocultar una verdad que buscamos y cuya promesa nos atrae. De hecho, algo que siempre he querido, desde muy niña, es ser real. No parece que eso tuviera que ser una proeza para nadie, pero para mí lo ha sido. Y quizá en ese sentido, después de todo, puede que tenga algo de fascinante De niños somos reales porque los seres cercanos, aquellos en quien confíamos, nos confirman cada día que los somos. Yo no tuve esa confirmación, y necesité décadas para reunir el valor y la entereza, y supongo que el sentido de la autoridad sobre mí (algunos lo llamarían simplemente madurez), para confirmármelo a mí misma.
Gracias por abrirme tus brazos y tu puertita tan generosamente. Quisiera atravesarla de puntillas y sin hacer ruido, sin alterar nada, pero sé que eso no siempre se me da bien. Así que trataré de ir por donde tú me guíes. A riesgo de perder mi fascinación, te invito a que me preguntes todo lo que quieras. Supongo que tienes acceso a la dirección de email que hay que incluir para comentar en tu blog, pero si no fuera así, dímelo y te la daría en el blog.
Let me dedicate this post to thank all my friends and colleagues how special and loved they made me feel. My last day at the office was emotive and special, and…
3 comments
%A %B %e%q, %Y at %I:%M %p
Sí, Karmencita, el internet (y “San Google”, como tú bien dices) es lo más parecido que tenemos en este siglo a la magia (real o imaginaria) y a los milagros (reales o imaginarios) de tiempos perdidos. Yo te encontré sin ni siquiera buscarte (no por ello menos serendipitous). Y en un alarde de consanguinidad, te diré que me reconozco en tu pasión, tu fé y tu ímpetu. No tengo por menos que regocijarme de que los ejerzas en un contexto que te permite canalizarlos. Se nota que sabes la suerte que tienes, aunque ésta sea resultado directo (más allá de tu talento) de tu concentración, entrega y disciplina. A mi parecer, no hay gozo comparable al de estar inmerso en el proceso creativo. El producto de esa inmersión amorosa puede ser lo que sea, pero respira por su cuenta. Como creadores, creo que queremos a ese “hijo” más por el proceso, del que tomamos conciencia a nivel celular, que por sus atributos. De ahí que cada creación genere la potencialidad de una nueva, con nuevas preguntas y nuevas posibilidades. Te felicito (como sé que te felicitas a ti misma) por making your dream come true y vivir el proceso. ¡Son inseparables!
Me encanta como escribes, además de tu arte. Gracias por el placer.
Tu tía de América
%A %B %e%q, %Y at %I:%M %p
WOW!!! Halagada, sorprendida y sobre todo feliz. Un nuevo regalo inesperado, un “reencuentro” con alguien a quien apenas recuerdo pero cuyo “personaje” siempre me ha fascinado.
El mundo es tan vasto que simplemente no puedo creer que ocurran estos milagros. Magia llama a magia. No hay otra.
Gracias de corazón por tus palabras tan hermosas en su contenido y en su continente. Uf, estoy muy emocionada…
Tienes mi puertita abierta. A mí, me encantaría que la atravesaras. Un abrazo enorme.
%A %B %e%q, %Y at %I:%M %p
Karmencita, visito de nuevo tu blog. Agradecida y feliz por tus palabras y tu corazón generoso. Aunque naturalmente me halaga la idea de ser un personaje fascinante, sé que no puedo reclamar ninguna responsabilidad por ello, ya que a todos nos fascina algo que solo conocemos por medio de la leyenda y la anécdota, alimentado por el tiempo y la distancia, si bien es cierto que ese algo no real parece ocultar una verdad que buscamos y cuya promesa nos atrae. De hecho, algo que siempre he querido, desde muy niña, es ser real. No parece que eso tuviera que ser una proeza para nadie, pero para mí lo ha sido. Y quizá en ese sentido, después de todo, puede que tenga algo de fascinante
De niños somos reales porque los seres cercanos, aquellos en quien confíamos, nos confirman cada día que los somos. Yo no tuve esa confirmación, y necesité décadas para reunir el valor y la entereza, y supongo que el sentido de la autoridad sobre mí (algunos lo llamarían simplemente madurez), para confirmármelo a mí misma.
Gracias por abrirme tus brazos y tu puertita tan generosamente. Quisiera atravesarla de puntillas y sin hacer ruido, sin alterar nada, pero sé que eso no siempre se me da bien. Así que trataré de ir por donde tú me guíes. A riesgo de perder mi fascinación, te invito a que me preguntes todo lo que quieras. Supongo que tienes acceso a la dirección de email que hay que incluir para comentar en tu blog, pero si no fuera así, dímelo y te la daría en el blog.
Un abrazo, de esos prolongados, de reencuentro.