Tags

No tags :(

Share it

… y te regala algo tan valioso que te hace preguntarte si no habrá alguien que quiere verte feliz. Algunas personas creen en Dios, otras en la Energía, otras en la Magia… y yo, yo creo en las casualidades y en el destino.

Aunque os tengo muy abandonados últimamente, tengo firme propósito de volver a sacar huecos para compartir algunas de las cosas que estoy aprendiendo. Tened un poco de paciencia más. Sé que sabréis perdonarme y comprender que el ritmo de trabajo de la Escuela me deja muy poco tiempo libre… y también necesito descansar. Entretanto aprovecho para dejaros un par de links donde voy colgando mis trabajos en Pepe School Land:

Pero hoy no podía dejar de escribir para compartir un poco de la magia que a veces me sucede, una de esas casualidades maravillosas y necesarias. Y quiero compartirla aquí porque ha sido este Blog el que la ha hecho posible…

Hace mucho tiempo conocí a una persona excepcional. Entonces él era dibujante, y yo con su misma edad apenas había empezado el instituto. Nuestra pasión por el dibujo fue la razón por la que nos presentaron, pero nuestra forma de ser fue la que nos convirtió en amigos. Durante años compartimos muchas cosas, como lo hacen los amigos. Buenos ratos, buenísimos, que siempre recuerdo con una sonrisa, y también confidencias y malos ratos que ahora también recuerdo con una sonrisa. Era una persona que enamoraba, con una fuerza vital y una forma de expresarse, de moverse y de comportarse que hacía que todos los que estuvieran en la misma estancia no pudieran quitarle la vista de encima. Magnética.

Por tonterías de la edad, de la inmadurez o ya ni se porqué, nos separamos. Pasados los años quise saber de él pero había desaparecido. Ni conocidos en común, ni su número de teléfono ni San Google supieron darme ninguna pista. Y pasaron los años…

Esta mañana, niños y niñas, al encender el móvil he encontrado un mail tan inesperado como maravilloso. Mi amigo perdido me ha encontrado gracias a este bendito Blog. He tenido noticias suyas después de 15 años, de haberlo dado por perdido.

Acabo de hablar por teléfono con él. Ha sido taaaaaan emotivo que no parábamos de decirnos lo felices que estábamos y lo que nos gustaría darnos un abrazo. Está en Madrid, pero hoy he sentido que estaba aquí, y que ayer lo vi por última vez y que mañana compartiremos anécdotas y birras. Me siento feliz y afortunada de haber recibido este regalo precioso, y no puedo esperar a coger un vuelo y darle ese gran abrazo.

[TO BE CONTINUED...]