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Que sí, que es un privilegio poder dejarlo todo y dedicarte a un proyecto que te emociona e ilusiona. Pero miren ustedes, soy un animal social. Necesito nutrirme del calor, las risas y las miserias de la gente, y después de un mesecito trabajando duro en casa, tengo mono. He pasado de trabajar en una oficina repleta de gente maravillosa que cada día me estimulaba, me enseñaba y me divertía a la única compaña de mis dos gatos.

Trabajar en un proyecto personal que te emociona de verdad tiene el peligro de que se te van las horas enfrascado en él, y te dan las tantas de la madrugada sin que hayas hecho apenas un par de parones para comer algo. Esta semana me he propuesto ser más disciplinada, y respetar un horario más normal de trabajo, dejando tiempo para ir al gimnasio, pasear, tomar unas cañas con amigos o simplemente perrear delante de la tele.

El pasado fin de semana ha sido realmente genial y estimulante. He retomado el contacto con viejos amigos a los que hacía demasiado tiempo que no veía y, además de echar unas risas y ponernos al día con todo lo acontecido en todo este tiempo, he redescubierto el poder de la cerveza. Además de estar fresquita y acabar dándote esa chispilla que hace que todo tenga más gracia, la cerveza tiene el poder de convocar nuevas y poderosas ideas.

El domingo quedé a comer con dos Cristinas: una fue compañera mía en la primera empresa TIC en la que trabajé, y la otra es logopeda. ¿Qué tiene que ver la logopedia con mi proyecto? Aparentemente nada, pero tras comentar algunas ideas satélites que tengo en mente con Roberto, Cristina la logopeda encontró un maravilloso punto de unión. Algo que ninguna nos habíamos planteado está tomando la forma de un proyecto precioso que no para de crecer en nuestras cabezas. No puedo desvelar de qué se trata hasta que no consigamos materializarlo, pero estoy tan ilusionada que no podía dejar de escribir este post reivindicando el poder de la cerveza o, lo que es lo mismo, la riqueza que puede aportar la persona más insospechada a un proyecto que creías bien definido.

Los caminos de la cebada son inescrutables. Amén.

[TO BE CONTINUED...]