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Pese a que los cuentos se empiezan a contar por el principio, me reservo para mí la noche especial en que mis Magos me concedieron el mayor deseo que siempre he anhelado.

Así pues, este cuento comienza oficialmente el 9 de Noviembre de 2011. Aeropuerto de Barajas. T4. En el bolso, la dirección de Pepe School Land y un pendrive con una selección de mis mejores ilustraciones, cómics y animaciones. En la boca del estómago, un pellizco que no se iba ni con toda la tila del mundo.

Al llegar al aeropuerto del Prat el pellizco aprieta un poco más mi estómago. Aquí estoy, dispuesta a luchar mi plaza en la Escuela a la que quiero ir. Las plazas para 2012 están agotadas, pero yo no quiero ir a otra Escuela, y no puedo esperar al curso siguiente. Sólo ahora tengo la oportunidad de parar mi vida para hacer realidad un proyecto que desde hace 10 años martillea mi cabeza: Roberto. Una historia que quiero contar al mundo, y que sólo concibo como un corto de animación. Una historia muy personal. Y una excusa para poner toda la carne en el asador y demostrarme qué soy capaz de hacer.

Taxi a Pepe School Land. No he recibido respuesta al correo en el que avisé de mi visita, y voy a la aventura. Llego casi una hora antes de que abran las puertas de la Escuela. Hago tiempo paseando por los alrededores. Los minutos se deslizan tan lentamente como siempre que deseas que el tiempo transcurra veloz. La puerta sigue cerrada. Nadie contesta al timbre. Y visito periódicamente el local hasta que, al fin, el cierre está subido.

Ahora todo depende de mí [TO BE CONTINUED...]